JOSÉ MIGUEL ALBIZU

 

"Dedicado al "Hotel La Perla", establecimiento mítico, punto de encuentro y reposo de artistas, escritores, músicos, situado en pleno corazón de Pamplona, la tierra de nadie de los tres Burgos. 

Un placer y un privilegio que "El Latido" tenga un espacio en su magnífica biblioteca. Muchísimas gracias, Rafael y equipo por vuestra atención y cariño. Jose Miguel Albizu"

En el año 1385, año en el que se ambienta la trama de "El latido de los tres burgos", tiene lugar en la actual Plaza del Castillo la primera corrida de toros celebrada en Pamplona de la que disponemos documentación. La Plaza del Castillo era en aquel momento "tierra de nadie", lugar de encuentro y desencuentro de los habitantes de las tres ciudades que componían Pamplona: La Navarrería, el Burgo de San Cernín y la Población de San Nicolás. En "El latido de los tres burgos" se recrea ese evento, que tiene muchas similitudes con lo que ahora ocurre en la realidad: el toro pacía los días previos en los campos de la Rotxapea, la víspera se llevaba al animal hasta un corral en el barranco del Chapitel y el mismo día de la corrida se le conducía entre las calles hasta alcanzar el coso provisional situado en aquella tierra de nadie.  

Me gustaría compartir con todos los amigos del "Gran Hotel la Perla" un fragmento de la novela en el que describo como uno de los personajes observa al público presente en el espectáculo: 

"La pelirroja se detuvo un instante sorprendida. Nunca había presenciado nada semejante. Se movían y exclamaban al unísono como si fueran un solo ser. Se sucedían momentos en los que guardaban un tenso silencio y otros en los que prorrumpían en exclamaciones, como si lo hubieran ensayado durante mucho tiempo. Le pareció que cada gesto, grito o silencio de cada uno de ellos era idéntico al de los otros. Solo así podía resultar aquella composición. Se agitaban en una especie de danza grupal y pensó que era más propio de animales que de hombres, como si se tratara de una bandada de palomas o de un rebaño de ovejas"

José Miguel Albizu